miércoles, 10 de octubre de 2012

De Joaquín y de mí



Hace muchos años, en un viaje con mis amigos de la Universidad, descubrí a Joaquín Sabina.

Una amiga puso una canción que admiré desde el primer momento: "Y sin embargo", la cual me marcó. Así conocí a Joaquín. Desde ese día, me volví ¡fan, fan, fan! Casi stalker, pues.

Tengo toda su colección de discos por duplicado, sus libros, y mil cosas más sobre él. Hace algo así como siete años yo me había vuelto parte del club de fans que hay en su página web, e inicié conversaciones con españoles y argentinos. Así descubrí que en el país del Che, le gustaba hospedarse en el hotel Presidente Intercontinental. Armé un plan: en su siguiente visita a México, que estaba próxima, visitaría el lobby de ese hotel en México con la esperanza de verlo. Lo haría durante toda la semana, al salir del trabajo.

Un mes antes de la visita de Joaquín (disculpen que le llame Joaquín con tal familiaridad, pero es que… es que es Joaquín, el que siento tan parte de mi vida e historia), me dijeron en el trabajo que durante la gira de Joaquín en el DF se realizaría un evento llamado DFashion, que estaríamos todo el día (de 9 am a 11 pm) en cierto hotel, durante toda la semana. Mi decepción y coraje fueron enormes: ¡eso arruinaba mis planes! No podría ir a buscar a Joaquín sólo para verlo de cerca y saludarlo.

Llegó la semana de trabajo. Pasaba todo el día en el registro de prensa del evento, en la Terraza del hotel. Un día bajé a entregar un paquete en recepción y encontré a mis compañeras en el camino. Iban a comer, llevaban sus bolsas, pero no la mía. Me dijeron que la pidiera a un becario, pero preferí subir por ella. ¡Bendito sea el momento en que lo hice así!

Caminé al elevador, el cual esperaba mucha gente. Quedé atrás, y cuando se abrió la puerta, vi a alguien con bombín. Nadie en el mundo anda por la vida con un bombín, sólo Joaquín (y yo, cuando voy a sus conciertos). Me quedé pasmada unos segundos, y cuando reaccioné, corrí a alcanzarlo. Iba con Ximena, su mujer.

Nerviosa como pocas veces, me acerqué y sólo dije “Hola”; él me saludó y “me tiró dos besos, uno por mejilla”. Fue un momento que nunca, nunca olvidaré. Dije tonterías, y él sonreía, igual que Ximena. Cuando se despidió, me quedé pasmada de nuevo. Al reaccionar, le marqué a una amiga y le conté. Me preguntó si había tomado foto, y le dije que no, que no tenía cámara. Entonces ella dijo “¿Y esa que tiene el teléfono del que me estás hablando?” Ah, había perdido el momento! Ya no lo tendría en una foto, pero sé que nunca se borrará de mi memoria.

Luego, al cumplir 27, decidí viajar a Madrid sólo para conocer su ciudad. Conseguí su dirección y llegué hasta la puerta de su casa (tengo una foto del tapete que está a la entrada). Joaquín no tiene problema con eso, su dirección es pública y sus fans la saben (yo todavía la recuerdo). Me quedaba horas sentada en una banca frente al edificio viendo a la ventana. Sabía que no lo vería, pues él estaba de gira en Argentina, pero me gustaba reconocer el lugar, su mundo, sus días, su cielo, su ciudad.

Hoy Joaquín llegó a México para su gira “Dos pájaros contraatacan”, con Joan Manuel Serrat y mi queridísimo Pancho Varona (Joaquín no es Joaquín sin Pancho). Lo veré el próximo 17 de octubre. Esta vez compré boletos sólo para una fecha; no para cuatro, como he hecho en giras pasadas. Cada vez que se acercan sus giras no puedo evitar recordar esta historia, en la que descubrí que cuando deseas algo con todas tus fuerzas, el Universo conspira para que se vuelva realidad.

Joaquín ha marcado mi vida. Sus canciones se han convertido en himnos para mí. He encontrado en mi historia un lugar para cada una, es el soundtrack de muchos pasajes de mi vida. Es mi música.

Pero hay una que siempre será la mejor: “Y Sin Embargo” (con una entrada maravillosa de Olga Román, les dejo la liga a Youtube: http://www.youtube.com/watch?v=m1aSaF_pIFI) no sólo porque con esa nos conocimos Joaquín y yo; sino porque además él logra explicar la diferencia que yo siempre he encontrado entre la lealtad y la fidelidad (de lo que por cierto, espero escribir pronto un artículo, pero ese requiere tiempo). 

viernes, 5 de octubre de 2012

Mexicanos de primera y de segunda


Karma, le llaman

De entrada, no hay nada que justifique la violencia contra alguien o el asesinato de un ser humano. Cualquier acto de este tipo es condenable y habla de lo miserable que puede ser la gente. Pero es condenable cuando se asesinó a cualquier persona, sea Juan Pérez o sea José Eduardo Moreira.

Llámenle karma, llámenle justicia, llámenle causa-efecto; pero en la vida se paga todo (lo bueno y lo malo). Estoy convencida de eso y de que el destino no se cobra siempre con la misma moneda. Moreira no mató a nadie a balazos, pero con esa moneda le cobraron algo.

Las otras 90,000 familias

Lo cierto es que, sin importar por qué, cómo pasó o qué hizo, el dolor que debe estar sintiendo Moreira por lo ocurrido debe ser igual al de cualquier padre. Me molesta sobremanera que hoy el gobierno se indigne y prometa aclarar el crimen, que digan que no descansarán hasta esclarecerlo, que decenas de funcionarios se movilicen. ¿Saben por qué me indigna? Porque como Humberto Moreira, hay decenas de miles de padres que sufren lo mismo y a nadie en el gobierno le importa o se indigna. Son “daños colaterales” para Felipe Calderón, Alejandro Poiré o Marisela Morales.

Casi 50 padres de familia lloraron y lloran a sus bebés muertos en una guardería del gobierno; los padres de muchos periodistas lloran la muerte o desaparición de sus hijos y así, 90,000 muertos (según algunas cifras, que el gobierno se niega a corroborar para que no sepamos la verdadera magnitud) son llorados por sus familias. Todos y cada uno tienen un nombre. Todos y cada uno dejaron padres, hijos, hermanos, amigos destrozados. Todos y cada uno valen lo mismo que José Eduardo Moreira.

Mexicanos de primera y de segunda

Siento indignación. La misma que tiene Humberto Moreira, pero multiplicada por 90,000. No es posible que Felipe Calderón haga distinciones entre mexicanos de primera y de segunda. Los muertos que aparecen a diario son insignificantes; pero el hijo de un político reconocido vale más y el gobierno entero se moviliza para encontrarlo. Ese sí duele, ese sí pega, ese sí vale.

Algo no es justo en esta historia: los miles de inocentes que pasaban cuando tiraron una bala no merecen atención, ni un desplegado en los periódicos o el pésame de Calderón. El hijo de un político (con historia cuestionable) aparece como el único muerto importante, luego de seis años de una guerra imbécil.

Espero que Humberto Moreira y su familia pronto encuentre la tranquilidad, la resignación y la paz. Espero que lo mismo ocurra con las otras 90,000 familias que están de luto por la estúpida guerra de Calderón.

miércoles, 3 de octubre de 2012

Que Azcárraga se mude a Los Pinos


No dejo de sorprenderme. Siempre he sabido que en un sistema capitalista, los que tienen el poder son los empresarios y nadie más. Ellos determinan qué es importante, qué debe atender el gobierno, cómo se debe hacer una reforma laboral, todo siempre de acuerdo a sus propios beneficios. Hoy, incluso, pueden definir presidentes.

Y no es que yo quiera seguir dándole vueltas a lo obvio para generarme más gastritis. Es que simplemente no dejo de impactarme ante el poder de Televisa.

Hace décadas, esa empresa empezó a hacer artistas con su “Siempre en domingo”. Esa fórmula les funcionó por años, hasta crear grupos como RBD que llegaron a desquiciar a juventudes de países recónditos (no me pidan detalle, no recuerdo dónde lo leí). Luego, con la publicidad, Televisa nos enseñó qué necesitar, para que todos corriéramos a las tiendas a comprar lo que nos decía. También nos dijo cómo deben ser las historias de amor: una mujer buena y sumisa, una maldita que se atraviesa, un hombre que es un príncipe azul: las mujeres decidieron que sólo así podía ser el amor, porque eso decía Televisa. Nos enseño de igual forma que las buenas personas le dan dinero a Televisa para que ellos lo donen (y evadan impuestos) para niños con discapacidad, pocos niños, pues muchos, muchísimos que no tienen conectes, son rechazados.

Hasta ahí, no veo tanto problema porque todo era decisión personal. Cada uno decidía si le gustaba el grupo, si compraba los productos o si esperaba su historia de telenovela o donaba su dinero al Teletón. Hasta ahí, podía perdonar a Televisa.

Pero hoy todo se salió de control: México le dio tanto poder a esa empresa, que Emilio Azcárraga debería tomar su  maleta y mudarse a Los Pinos. De todas formas, Televisa ya gobierna este país.

Lo que pasó en las elecciones pasadas es inconcebible (en realidad sería inconcebible de no ser porque pasó): Esa empresa decidió que así como creaba telenovelas para transmisión, podía crear telenovelas en la vida real: Tomó a un personaje de la política desconocido, que no era nadie, y lo convirtió en un candidato a la presidencia. Lo casó con la muchacha buena y sumisa (tan sumisa, que se dice que él la golpea constantemente), le creó una historia que apareció en revistas del corazón y manipuló la política nacional al grado que lo impuso como presidente.

No lo hizo sola, obviamente. De su lado estuvieron empresarios miedosos de perder privilegios, magistrados del Tribunal Electoral comprados con mucho dinero, partidos políticos que se reconocieron incapaces de gobernar y devolvieron el poder al que más se parece a ellos. Y entre todos lo lograron: nos condenaron al regreso del PRI, al regreso de Salinas a través de un títere que no lee y no sabe inglés, pero asegura ser la mejor opción para gobernar el país.

Y por otro lado, esta la historia de Televisa, la narcotraficante. 18 personas detenidas con credenciales de la empresa, camionetas registradas a nombre de Televisa, documentos con datos de altos mandos de la misma televisora. Nueve millones de pesos introducidos de manera ilegal a Nicaragua. Muchos hechos y documentos dicen que Televisa debería ser una de esas perseguidas por la “lucha contra el narco” del espurio Calderón.

No cabe duda que Televisa es un monstruo: por su tamaño, por su poder y por su maldad. La maldad de condenar a un país a la ignorancia (con su programación estúpida) y a la desgracia, con la imposición de un presidente y con sus actividades delictivas. 

El poder de Televisa es el mayor de los poderes en nuestro país. Que Azcárraga se mude a Los Pinos.

martes, 2 de octubre de 2012

Tengo duda...

Tengo duda: ¿El "Es complicado" también forma parte de la "Perfección"? De no ser por eso, sí sería perfecto.


Nuevas balas


"Dos de octubre no se olvida". Tiene muchos, muchos años que escucho esa frase y hoy me pregunto: ¿no se olvida? ¿No la olvidan aquellos que eran jóvenes en el 68 y que el pasado primero de julio votaron por el PRI a cambio de una tarjeta de 500 pesos de Soriana? ¿No la olvidan aquellos que hoy son padres y no quieren ver a sus hijos en las marchas de #YoSoy132? ¿Por qué a veces tengo el presentimiento de que algunos sí lo olvidan?

Aunque hay quienes aún lo tienen en la memoria: cada 2 de octubre salen de todas partes nuevas generaciones conmemorando aquello que no vivieron, pero que repudian año con año, exigiendo que nadie olvide a dónde llegó un gobierno por callar las voces incómodas.

Constantemente me pregunto si algo como lo que pasó en el 68 podría repetirse hoy. Cuando he estado en manifestaciones me parece imposible que inicien disparos, que maten descaradamente. El juicio internacional sería implacable.  El problema es que sí se repite, pero disimuladamente. El gobierno no sale a disparar en una plaza pública, por el contrario:
  • Aprueba reformas laborales que condenan a la pobreza a los trabajadores
  • Desatiende los servicios médicos
  • Descuida a sus ancianos
  • No educa a sus niños
  • Permite, avala, encubre y enseña a robar a los funcionarios
  • Enriquece a unos cuantos quitándole a todos los demás lo poco que tienen
  • No garantiza empleo
  •   Solapa a empresarios para que exploten a los trabajadores

Y así, una lista interminable.

Hoy los gobiernos no matan a balazos. Hoy los gobiernos son más crueles: matan día a día, lentamente, sin piedad; arrancando la esperanza de una vida digna a millones de mexicanos. 

Lo más preocupante es que los mismos priístas que hace 44 años dispararon contra estudiantes, ahora vuelven al poder. Lo hacen con fuerzas renovadas, con nuevas experiencias, con el coraje de haber tenido que dejar la silla presidencial por 12 años. Lo hacen – creo yo – con planes de venganza y de nunca más soltar el gobierno, cueste las balas que cueste, sean éstas reales o metafóricas.

Postdata: Pensaría, luego del primero de julio, que algunos sí olvidaron el 2 de octubre. Pero quizá no olvidaron, es sólo que se vieron obligados a aceptar 500 miserables pesos, luego de recibir otras balas: las de hambre, de ignorancia y de vulnerabilidad.

lunes, 1 de octubre de 2012

One way


Aquí llegando...

Cada noche me doy cuenta que me quedé con muchas cosas qué decir. Desde las sorpresas de la vida cotidiana, hasta las noticias nacionales que me indignan.
No tengo claro si esto tendrá un estilo, si será en tono casual o periodístico, si escribiré diario o de vez en cuando o si alguien siquiera lo leerá; pero sí tengo claro que usaré este espacio como mi medio de comunicación para decir lo que pienso de todos los temas que se me ocurran. De cómo me molesta que unos políticos definan el rumbo de millones por intereses particulares, de cómo me maravillo con la naturaleza cada día, de lo que uno aprende del amor, el desamor, la amistad; de las noticias padres del mundo, del miedo que me dan los avances tecnológicos; de todo, pues...
Sólo quiero dejar por escrito mucho de lo que pasa en mi cabeza y que quisiera expresar en algún foro. Como nadie me da el foro, me lo inventé con este blog.
Acá, de vez en cuando, estaré hablando - y muchas veces gritando - lo que da vueltas en mi cabeza.
Postdata: He perdido conocidos por decir lo que pienso, pero he ganado más amigos por la misma razón, así que no me asusta hablar honestamente.