miércoles, 30 de octubre de 2013

La justicia no se logra a través de un indulto

Durante siglos, mientras el mundo estaba lleno de reyes y éstos ejercían (obviamente) un poder absoluto, autoritario e inapelable; el indulto fue un acto de “bondad y clemencia” por parte del rey, que se presentaba así como un hombre generoso y “humano” (si pensamos que muchos de éstos se consideraban de una calidad humana superior al resto). En el Reino Unido, por ejemplo, donde todavía existe la figura de una reina, es sólo ella quien puede otorgar el indulto.

Ayer en la noche, Enrique Peña Nieto (quien ejerce el cargo de presidente de este país, pero a quien yo no reconozco como tal), anunció que el Diario Oficial de la Federación publicará reformas al Código Penal Federal que permiten el indulto. A partir de dicha publicación, el señor Peña Nieto generosamente otorgará el indulto al maestro Alberto Patishtán, quien lleva 13 años en la cárcel acusado de emboscar y asesinar policías en Chiapas.

El tema aquí es que a través de un “indulto” se logrará la libertad de un hombre que a todas luces es inocente, que fue obligado a declarar sin abogado, a quien se le detuvo sin una orden de aprehensión y por quien el organismo Amnistía Internacional ha intercedido varias veces, apelando su inocencia.

¿Cómo se puede “indultar” a alguien inocente? ¿Cómo puede alguien que es un delincuente que robó la presidencia, que no ha podido explicar bien a bien la muerte de su esposa, que ha sido acusado de mandar golpear maestros gays que hoy están en el exilio, “indultar” a alguien? ¿Con qué cara puede dárselas de héroe?

La sociedad civil ha exigido durante años la libertad de Patishtán, no como un favor, no como un “acto piadoso” del gobierno, sino por justicia. Simplemente por justicia.

Ayer leía una nota titulada “La justicia mexicana niega la libertad a Patishtán”. Sentí coraje al ver que se refieran a los tribunales y jueces como “justicia”. México está muy lejos de ser un país justo.

El caso de Patishtán es uno entre miles. Muchos indígenas que no hablan español hoy se encuentran encarcelados porque no pueden comunicarse, porque no tienen un abogado que hable su lengua y los pueda defender, porque no tienen dinero para pagar un buen defensor, que viven en una total injusticia, sin siquiera saber por qué están en la cárcel.

Me da mucho gusto que Patishtán quede libre mañana, pero no me da gusto que sea por un “indulto” y no porque en nuestro país exista verdadera justicia.

Como he leído en Twitter desde anoche. Este indulto de Peña Nieto es en realidad un insulto para Patishtán.

PD. ¿Se han puesto a pensar las amplias posibilidades que esta reforma le otorga al presidente en turno? ¡Podrán liberar a quien quieran! Hoy, Peña Nieto se quiere sentir héroe con Patishtán, pero también puede ser un villano para los mexicanos con esto del indulto. ¿A quién creen que libere después? Porque ya soltaron a Salinas (y le devolvieron todo el dinero que robó del erario) y liberaron también a Caro Quintero. ¿Quien creen que siga, ahora cobijados con esta reforma para otorgar indultos?